
Una significativa mortandad de peces sucedió en el Río Grande, en la zona de Okinawa, debido a las bajas temperaturas registradas en Santa Cruz esta semana.
Luis Torrez, investigador y subdirector del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos de la Amazonia Boliviana (CIARAAB), explicó que la muerte de peces de diversas especies estaría relacionado directamente con las bajas temperaturas que se vienen registrando en la región.
Según el experto, los peces tropicales como el surubí, pacú, tambaquí y chuncuina tienen un rango de confort térmico que oscila entre los 23 y 30 grados Celsius, y aunque pueden soportar temperaturas tan bajas como 18 grados, cuando estas descienden por debajo de los 12 grados, se produce una mortandad masiva.
“La mortandad de peces que está ocurriendo actualmente en los ríos amazónicos probablemente se deba a una disminución de la temperatura en el medioambiente y lógicamente del agua”, explicó Torrez.
El investigador recordó un evento similar ocurrido en 2014, cuando una ola de frío redujo las temperaturas por debajo de los 8 grados en varios ríos amazónicos, provocando la muerte de una gran cantidad de especies acuáticas, incluidos peces de gran tamaño y mamíferos acuáticos.
Torrez también señaló que este tipo de afectaciones no se presenta en todas las cuencas, ya que los cuerpos de agua con profundidades de entre 5 a 15 metros mantienen temperaturas más estables. Sin embargo, en áreas con columnas de agua bajas, como arroyos, cabeceras de cuencas y corrientes superficiales, el descenso térmico puede ser crítico y causar estas pérdidas.
En videos que circulan en redes sociales, pescadores afirman que dejaron más pescado en las orillas porque ya no tenían capacidad para recogerlos. “ No se necesitó ninguna técnica de pesca, los peces fallecieron por el frío que azota a Santa Cruz”, se escucha decir a un pescador. Uno de ellos señalaba que este tipo de fenómeno se da cada 10 años.