
El encuentro en Pekín entre el presidente chino, Xi Jinping, y el canciller ruso, Serguéi Lavrov, tuvo lugar un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escenificara un giro en su postura hacia el Kremlin, tras varios días de expresar públicamente su frustración con el mandatario ruso, Vladímir Putin, por la continuidad de los bombardeos rusos en Ucrania.
Trump amenaza con gravar fuertemente a Rusia y sus socios comerciales si la ofensiva en Ucrania no se detiene dentro de 50 días.
"La coerción o las presiones no pueden resolver los problemas", declaró Lin Jian, portavoz del Ministerio de Exteriores de China, en una rueda de prensa donde agregó que Pekín está a favor de una "solución política a la crisis en Ucrania".
Más apoyo y cooperación en la OCS
En este contexto, Xi pidió que China y Rusia "fortalezcan su apoyo mutuo y su cooperación" en plataformas internacionales como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), y subrayó la importancia de "proteger la seguridad y los intereses de desarrollo" de ambos países.
El mandatario chino calificó a Lavrov como "un viejo amigo del pueblo chino", recogió el medio ruso Sputnik en la red social china Weibo.
Xi también señaló que los ministerios de Exteriores de China y Rusia "deben seguir implementando eficazmente" los consensos alcanzados entre él y Putin, cuyas naciones han estrechado lazos en los últimos años.
Contactos políticos bilaterales de alto nivel
La reunión sirvió además para abordar "diversos temas relacionados con los contactos políticos bilaterales de alto nivel", entre ellos la próxima visita de Putin a China, donde está previsto que asista al desfile del 3 de septiembre en Pekín por el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, informó el medio ruso Ruptly también en Weibo.
El cara a cara entre Xi y Lavrov se produce en el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la OCS, apodada la "OTAN asiática", que arranca este martes en la ciudad de Tianjin, a unos 130 kilómetros de la capital china.
China y Rusia: "amistad sin límites"
Antes de que estallase el conflicto a gran escala en Ucrania, Xi y Putin proclamaron en Pekín su "amistad sin límites", y desde entonces, Pekín ha mantenido una postura ambigua hacia la guerra: ha pedido respeto para la integridad territorial de todos los países, incluida Ucrania, al tiempo que ha exigido atender las "preocupaciones de seguridad" de todas las partes, en alusión a Moscú.
Occidente ha acusado reiteradamente a China de apoyar el esfuerzo bélico ruso, algo que Pekín niega.