
Los teléfonos inteligentes, ya sean Android o iPhone, no están exentos de fallas. Algunas son menores y no representan mayores complicaciones; sin embargo, existen problemas que pueden convertirse en un verdadero peligro para los usuarios. Uno de ellos ocurre cuando la batería comienza a hincharse y se deforma como un globo.
Aunque este defecto es menos común que en el pasado, sigue afectando a miles de personas. El gran inconveniente es que en los dispositivos actuales, al estar sellados, resulta difícil notar el problema en su fase inicial. En muchos casos, los usuarios recién se dan cuenta cuando la pantalla empieza a levantarse, aparecen manchas extrañas o la tapa trasera comienza a abrirse.
La razón detrás de una batería inflada
Los celulares modernos funcionan con baterías de iones de litio, que producen energía gracias a reacciones químicas internas. Cuando se presenta un defecto de fábrica, se usan materiales de baja calidad o el dispositivo es sometido a un mal uso, esa reacción puede generar gases que quedan atrapados dentro de la batería, la cual está sellada de manera hermética.
Este gas acumulado hace que, poco a poco, la batería se expanda. Al inicio es casi imperceptible, pero con el tiempo la presión provoca que el dispositivo se deforme, comprometiendo no solo su funcionamiento, sino también la seguridad del usuario.
Cómo prevenir el problema
Especialistas en tecnología recomiendan adoptar ciertos hábitos para prolongar la vida útil de la batería y reducir riesgos. Entre ellos, evitar el uso del celular mientras se carga, no dejarlo conectado por largos periodos de tiempo y procurar que no esté expuesto a altas temperaturas.
Otro punto importante es utilizar cargadores originales o certificados, ya que los accesorios de mala calidad pueden alterar el proceso de carga y dañar la batería con mayor rapidez.
Qué hacer si ya se infló
Un error frecuente es pensar que basta con dejar de cargar el celular para que la batería vuelva a su estado original. Esto es falso: al estar sellada, el gas no puede salir, por lo que el problema no desaparecerá.
Tampoco es seguro intentar pincharla con agujas, tijeras u otros objetos. Este gas es altamente inflamable y cualquier manipulación indebida puede provocar incendios o causar lesiones graves.
La única medida segura es apagar el dispositivo, no volver a cargarlo y llevarlo de inmediato a un servicio técnico autorizado, donde se deberá reemplazar la batería por una nueva y original.
Un peligro silencioso
Aunque los casos de baterías hinchadas son poco frecuentes, se trata de un riesgo que no debe subestimarse. La detección temprana y un uso responsable del dispositivo son fundamentales para prevenir daños mayores.
En conclusión, una batería inflada no es un desperfecto más: es un problema que requiere atención inmediata y la intervención de especialistas para garantizar la seguridad del usuario y de su entorno.