
Lo que para millones fue motivo de celebración, para otros fue una provocación cultural. El pasado 28 de septiembre, la NFL, Apple Music y Roc Nation anunciaron que Bad Bunny será el artista principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California. La noticia fue recibida con euforia por los fans del puertorriqueño y aclamada como un avance en la representación latina en eventos de gran impacto global.
Pero la histórica elección —Bad Bunny será el primer hombre latino en liderar el show en solitario— desató una ola de críticas desde sectores conservadores, encabezados por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien reaccionó de forma tajante y sin filtros.
En entrevista con el periodista Greg Kelly para la cadena conservadora Newsmax, Trump lanzó una serie de declaraciones que rápidamente encendieron la polémica: “Nunca he oído hablar de él. No sé quién es, no sé por qué lo están haciendo. Es como una locura. Luego culpan a algún promotor que contrataron para que entretuviera. Creo que es absolutamente ridículo”, dijo el exmandatario, visiblemente irritado por la elección del artista urbano para encabezar uno de los eventos televisivos más vistos del planeta.
Pero sus críticas no se limitaron al cantante. Trump aprovechó el momento para cuestionar las reglas de inicio del juego en la NFL —a las que calificó de “ridículas”— y denunció lo que él percibe como una “pérdida de identidad” del Super Bowl.
“Es el Super Bowl americano y esto parece un circo importado. ¿Quién es este conejo malo? No lo entiendo”, ironizó, haciendo un juego de palabras con el nombre artístico del cantante.
De críticas migratorias a ataques culturales
Las declaraciones de Trump fueron solo el inicio. En el ecosistema político conservador, la presencia de Bad Bunny en el Super Bowl fue vista como un símbolo del avance cultural latino en un espacio que, históricamente, ha sido dominado por artistas anglosajones.
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, advirtió que habrá presencia activa de agentes de inmigración durante el evento:
“Solo los estadounidenses que aman este país deberían venir. Estaremos por todas partes”, afirmó en tono amenazante.
Corey Lewandowski, asesor del Departamento de Seguridad Nacional, también se unió a las críticas y lanzó un mensaje directo contra inmigrantes indocumentados:
“No hay refugio seguro para quienes están ilegalmente en este país. Ni en el Super Bowl ni en ningún otro lado. Los encontraremos, los detendremos y los deportaremos”.
Respuesta de Bad Bunny: orgullo e ironía
El artista puertorriqueño no tardó en responder, y lo hizo con su estilo característico: humor, inteligencia y una pizca de ironía. Durante su monólogo en Saturday Night Live el 4 de octubre, Bad Bunny lanzó un dardo elegante:
“You might not know this, but I’m doing the Super Bowl halftime show and I’m very happy. I think everyone is happy about it — even Fox News”, bromeó en inglés, antes de cerrar en español con una reflexión más seria:
“Es más que un logro personal, es un logro para todos nosotros. Muestra nuestra huella y nuestra contribución a este país, que nadie podrá borrar ni quitar jamás”.
A pesar de las críticas, la NFL y Roc Nation se mantuvieron firmes en su decisión, señalando que Bad Bunny representa la diversidad de una nueva América. Jay-Z fue categórico:
“Lo que Benito ha hecho por Puerto Rico es verdaderamente inspirador”.
Y así, con una mezcla de música, política y poder latino, el Super Bowl 2026 promete ser mucho más que un simple espectáculo deportivo.