Superado el temido grupo de la muerte, España dio un paso firme en el Mundial Sub-20 de Chile al imponerse por 1-0 a Ucrania en el arranque de los octavos de final. Un solitario gol de Pablo García, su segundo en el torneo, bastó para sellar el pase a cuartos, donde la Rojita se medirá el sábado en Talca al ganador del duelo entre Colombia y Sudáfrica.
Desde el inicio, el equipo de Paco Gallardo impuso su estilo: dominio absoluto del balón, presión alta y un ataque constante que mantuvo replegada a una Ucrania que había llegado invicta a la fase eliminatoria. Los intentos de contragolpe del conjunto de Dmitri Mikhailenko fueron rápidamente neutralizados por la sólida defensa española.
Thiago Pitarch fue uno de los más activos en la primera parte, desbordando con frecuencia por la banda derecha. En una de sus internadas, Rayane Belaid se quedó a centímetros de empujar el balón a la red. Pablo García también empezó a aparecer con peligro y tuvo dos oportunidades antes de abrir el marcador.
El gol llegó al minuto 24: Rodrigo Mendoza filtró un preciso pase elevado que Pablo García controló con clase en el área y definió con sutileza ante la salida del portero Vladyslav Krapyvtsov, del Girona. Ese tanto coronó los mejores minutos de España en el torneo, con posesión, ritmo y claridad ofensiva.
En el descanso, Ucrania buscó cambiar el rumbo con el ingreso del imponente delantero Oleksandr Pyshchur, de 2,04 metros. El nuevo planteamiento le dio más aire al equipo, que rozó el empate con un disparo de Daniil Vashchenko que se fue apenas desviado tras rozar en un defensor.
La segunda mitad fue más equilibrada, con Ucrania intentando adelantarse sin lograr inquietar demasiado a la zaga española. España, por su parte, controló el ritmo del encuentro y estuvo cerca del segundo tanto en una jugada confusa que terminó nuevamente en los pies de Pablo García, cuyo remate salió alto por poco.
En el tramo final, los ucranianos apretaron en busca del empate, pero la Rojita se mostró firme en defensa y supo manejar los tiempos hasta asegurar una victoria trabajada que la instala entre los ocho mejores del mundo.
