
Tal como había anunciado la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) horas antes, los jugadores de Real Oviedo y RCD Espanyol protagonizaron este viernes una inusual protesta al inicio del partido inaugural de la novena fecha de LaLiga.
Los futbolistas detuvieron el juego durante unos 15 a 20 segundos, justo después del pitazo inicial del árbitro Mateo Busquets, en señal de rechazo al partido que la organización planea disputar entre Villarreal y FC Barcelona el próximo 20 de diciembre en el Hard Rock Stadium de Miami, en lugar del estadio La Cerámica.
Las cámaras oficiales de LaLiga evitaron mostrar la escena en directo, optando por un plano cenital del estadio Carlos Tartiere. Sin embargo, la acción se repetirá durante todo el fin de semana en los distintos encuentros de la jornada, con excepción de los partidos del Barça y Villarreal. Según explicó la AFE, se tomó esta decisión “para evitar que la protesta se interprete como una medida contra algún club en particular”.
“La Asociación de Futbolistas Españoles rechaza de manera rotunda un proyecto que no cuenta con la aprobación de los protagonistas principales de nuestro deporte”, señala el comunicado del sindicato, que exige a LaLiga crear una mesa de negociación “en la que se comparta toda la información del proyecto, se analicen sus características excepcionales y se garanticen los derechos laborales de los jugadores”.
La AFE también mostró su malestar con las fechas propuestas por LaLiga (miércoles, jueves y viernes de la próxima semana) para una reunión, al considerar que fueron fijadas antes del comunicado emitido el 8 de octubre, en el que la patronal confirmó oficialmente la realización del Villarreal–Barça en Estados Unidos.
Por su parte, LaLiga respondió recordando que ha destinado más de 100 millones de euros a la AFE durante la última década, en un intento por rebajar tensiones con el sindicato de futbolistas.