Al menos 40 migrantes, entre ellos mujeres y niños, han muerto este miércoles en el naufragio de una embarcación frente a las costas de Mahdia (este de Túnez) cuando intentaban llegar a Europa. Se trataba de una embarcación improvisada de hierro con 70 migrantes a bordo que ha volcado frente a las costas de la ciudad Salakta.
En total, 40 personas han perdido la vida y 30 han sido rescatadas por la Guardia Costera tunecina, según ha precisado el portavoz de la Fiscalía de Mahdia, Walid Chtabri. La Fiscalía ha abierto ya una investigación sobre estos hechos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que unas 900 personas han fallecido en el Mediterráneo central intentando alcanzar las costas del sur de Europa, si bien desde el año 2014 la lista de víctimas suma ya casi 25.500 nombres. Además, al menos 8.938 personas murieron en rutas migratorias en todo el mundo en 2024, la cifra más altas registrada en la última década.
Túnez se ha convertido, junto a Libia, en uno de los países de tránsito clave para los migrantes que huyen de los conflictos y la pobreza por su proximidad a la isla italiana de Lampedusa (150 kilómetros). Este último incidente pone de relieve los riesgos a los que se enfrentan los migrantes y la creciente presión que sufren los países del norte de África para gestionar las rutas migratorias.
Por ello, el país africano firmó en 2023 un acuerdo de 255 millones de euros con la Unión Europea, de los cuales casi la mitad se destinó a la lucha contra la inmigración clandestina, lo que provocó un fuerte descenso de las salidas hacia Italia.
