
El centro de la ciudad de La Paz, sede del poder político de Bolivia, se va pintando de colores con la llegada de la ciudadanía que acudirá a la posesión del 68° presidente del Estado, que será asumido por Rodrigo Paz Pereira.
Los visitantes, con coloridos atuendos y característicos de distintas regiones del país, se van concentrando en las calles aledañas a la plaza Murillo, desde donde serán partícipes de un nuevo capítulo de la historia boliviana.
Asimismo, los distintos batallones policiales y militares se aposentan en plena plaza, de forma ordenada, para rendir los honores que rigen para una alta investidura.
El lugar luce remozado e impecable, tras los trabajos ejecutados por la Alcaldía de La Paz que contemplaron la limpieza total de las calles y monumentos, el cambio de luminarias por luces LED, el pintado de rejas y bancas de la plaza, y una labor ornamental.
En todas las calles se ve ondeando a la tricolor y poco a poco los asistentes van congregándose con la esperanza de que lleguen tiempos mejores para los bolivianos.