
A pocas horas de que se celebre la final de Miss Universo 2025 —una gala marcada por el brillo, las expectativas y también por una inusual cadena de ausencias— el certamen arriba a su última jornada este jueves (viernes a las 8:00 AM en Bolivia) en el imponente Impact Arena de Bangkok. Mientras más de 110 jóvenes aspiran a la corona que hoy ostenta la danesa Victoria Kjær Theilvig, cinco delegadas quedaron fuera de la competencia por motivos que van desde crisis personales hasta tensiones internas en sus organizaciones nacionales. Detrás de cada retiro, hay un contexto particular que ha encendido conversaciones en la recta final del concurso.
Sahar Biniaz (Persia)
El primer golpe a la lista
de participantes llegó con la salida de Sahar Biniaz, representante de Persia,
quien anunció en octubre su renuncia oficial. La decisión estuvo marcada por la
detención en Irán de Golshan Barazesh, directora nacional de su organización,
un hecho que —según explicó la propia Biniaz— afectó profundamente su
estabilidad emocional. Dijo no sentirse capaz de continuar mientras su mentora
enfrentaba dificultades en su país y expresó preocupación por la seguridad de
su equipo.
Un mes después, el 18 de noviembre, la modelo amplió sus declaraciones en redes sociales, donde aseguró que el certamen “ya no era lo que solía ser”. Afirmó haber recibido comentarios insinuando que las aspirantes con mayores recursos financieros tendrían ventaja para posicionarse mejor, una práctica que consideró contraria a sus principios. Persia decidió no nombrar reemplazo.
Diana Fast (Alemania)
Otra baja importante fue la de la alemana Diana Fast, quien el 6 de noviembre comunicó su retiro tras un periodo de reflexión. La modelo, madre de un niño de cinco años, señaló que priorizaría el bienestar de su hijo y la reconstrucción de su vivienda, un proyecto personal que absorbe gran parte de su tiempo.
Lo que sorprendió al público fue la reacción de la organización alemana: en lugar de enviar a la segunda clasificada, optó por prescindir de una representante y realizar una donación de 34.000 dólares a una fundación tailandesa dedicada al rescate de animales. El gesto fue celebrado por seguidores del certamen en redes sociales.
Zoulahatou Amadou (Níger)
En Níger, la ilusión de ver por primera vez a una Miss Universo
Níger en el escenario internacional quedó truncada por problemas logísticos.
Zoulahatou Amadou no llegó a Tailandia debido a que la compra de boletos aéreos
se realizó con retraso, lo que impidió coordinar conexiones que le permitieran
asistir a tiempo a las actividades obligatorias.
Desde sus redes sociales, la joven agradeció el respaldo recibido y confirmó que fue invitada para competir en la edición 2026. “Esto no es un final, es un nuevo comienzo”, afirmó. El país no envió reemplazo.
- Xuhe Hou (China)
La controversia en China surgió
cuando Xuhe Hou renunció el 17 de octubre por razones personales, según el
comunicado oficial. Medios locales señalaron que la causa estaría vinculada a
requisitos de edad, pues la candidata solo tiene 18 años. De acuerdo con las
reglas, la corona pasó a Zhao Na, conocida como Zena, quien fue elegida meses
antes.
Zena, modelo profesional, bailarina y música aficionada, domina instrumentos tradicionales como el pipa y el guzheng. Con 1,83 metros de altura y una destacada trayectoria internacional, se integró al grupo sin contratiempos y hoy figura entre las favoritas del continente asiático.
Déborah Djema (República Democrática del Congo)
La situación más tensa se vivió en la República Democrática del Congo. Déborah Djema fue destituida en septiembre tras negarse a firmar el contrato requerido por su organización. El comunicado posterior obligaba a la modelo a retirar de sus redes todo contenido relacionado con su título y prohibía mencionar el certamen. Como las dos finalistas no podían asumir por compromisos previos, la organización designó a Dorcas Dienda Kasinde, coronada en 2019 en otro concurso, quien ahora representa al país en Bangkok.