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Carlos Leeb toca fondo: fue campeón en Bolivia y hoy busca trabajo “de cualquier cosa”

Carlos Leeb dirigió a Sports Boys por última vez en 2019.
Deportes | El Día - TyC Sports | 2025-11-27 17:34:58

La vida del argentino Carlos Leeb dio un giro drástico desde que quedó sin club tras su última experiencia en el fútbol boliviano. El exdelantero, ídolo en Chacarita y Banfield, reveló en una entrevista con Clarín que atraviesa uno de los momentos más duros de su vida: sin ingresos estables, con inversiones fallidas a cuestas y con una convivencia familiar marcada por la distancia emocional. Hoy vive bajo el mismo techo que su esposa, pero prácticamente no se hablan.

Durante su etapa como futbolista, las lesiones condicionaron su carrera y limitaron su capacidad de ahorro. Tras un breve paso por Estudiantes, encontró continuidad en el Ascenso, donde dejó una huella profunda en San Martín. Más tarde, su nombre quedaría ligado para siempre a Banfield, club con el que logró el histórico ascenso de 2001.

Después del retiro, apostó a dirigir fuera del país, convencido de que en la Argentina no tenía puertas abiertas. Según contó, una disputa dirigencial terminó por empujarlo a emigrar, mientras que, con el tiempo, sintió que la estructura del fútbol local lo fue dejando al margen. Su recorrido lo llevó por distintas ligas del exterior, con un logro destacado en Bolivia: el título con Sports Boys de Warnes en 2015, campaña que incluso lo acercó al radar de la selección boliviana.

Su trayectoria en Bolivia también incluye pasos por Universitario de Sucre (2009-2010 y 2018), Nacional Potosí (2012 y 2017), Sport Boys (2019) y, más tarde, Destroyers (2019) y Libertad Gran Mamoré (2021). Tras su última participación en la División Profesional, dirigió en la Asociación Cruceña de Fútbol.

En varios de esos destinos, los conflictos no estuvieron ausentes. Leeb recordó que abandonó un proyecto en Bolivia por la intromisión de un mánager y que en Irán decidió marcharse tras un choque con el dueño del club. Subraya que nunca permitió que condicionaran su trabajo, una postura que, reconoce, a veces le cerró puertas.

Las dificultades económicas que afronta hoy tienen múltiples raíces: malas decisiones, inversiones fallidas y estafas que erosionaron su estabilidad. A pesar de ello, rechaza cualquier tipo de colecta o ayuda de hinchas. Solo pide una oportunidad laboral —dentro o fuera del fútbol— que le permita recuperar su equilibrio.

Durante la entrevista también revisó uno de los episodios más duros de su vida: la depresión que atravesó a fines de los años 90, cuando una panadería que había montado terminó en un fraude. Aquella crisis lo llevó a pensar en hacerse daño, aunque buscó ayuda profesional y logró salir adelante.

Con 57 años, su mayor preocupación actual pasa por su situación familiar. Aunque aún convive con su esposa, mantienen una relación distante que afecta a todo su entorno. “No sé qué va a pasar… Es difícil porque los chicos escuchan, y mis nietos ya se dan cuenta de que los abuelos no se hablan. Me encantaría reconquistarla, pero pienso que si consigo laburo me voy, porque será mejor para todos”, confesó.

Al final de la charla, dejó un mensaje crudo y directo sobre su necesidad inmediata: “Yo necesito laburo. No tiene que estar relacionado al fútbol, no importa. Agarro lo que sea. Muchos me dicen: ‘No, Gato, ¿cómo vas a agarrar otra cosa que no sea dirigir?’. Pero yo hice carrera afuera, desaparecí 16 años del fútbol de acá… Y tengo que trabajar”.