
El colapso del Hospital Regional San Juan de Dios obliga a que pacientes con cáncer continúen sus tratamientos de quimioterapia fuera del centro médico, incluso retornando a sus domicilios con sueros colocados. Así lo confirmó el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Tarija, Nils Cassón, quien reconoció que la falta de espacio y de personal ha desbordado la capacidad de atención del hospital.
“Lamentablemente ya está colapsado”, afirmó Cassón, al explicar que, especialmente en horarios nocturnos, los pacientes deben retirarse del hospital para continuar sus tratamientos en sus casas. La situación no tiene precedentes en el sistema de salud. “Eso no pasa en ninguna parte del mundo”, expresó, reflejando su preocupación por la falta de una respuesta oportuna del Ministerio de Salud.
El médico precisó que desde finales de noviembre varios pacientes oncológicos en la ciudad de Tarija enfrentan esta situación debido a que el espacio físico destinado a su atención quedó rebasado y no se cuenta con el personal suficiente.
“No hay enfermeras para atenderlos en la noche”, señaló, al indicar que se requieren al menos tres profesionales para habilitar el turno nocturno y garantizar la administración segura de quimioterapia.
Cassón recordó que el Sedes envió notas al Ministerio de Salud solicitando la asignación de personal, ya que existen al menos tres enfermeras con ítems ministeriales identificadas para cubrir esta necesidad, sin que hasta la fecha se haya recibido una respuesta.
Añadió que el espacio habilitado en 2023, en coordinación con el Ministerio, para la atención diurna de pacientes con cáncer en el antiguo hospital quemado, “ya ha quedado pequeño” y actualmente no puede absorber la demanda.
A esta situación se suma —según explicó— la imposibilidad de tomar decisiones administrativas sin autorización del nivel central. “Hay incluso una enfermera con perfil de terapia intensiva, pero no la podemos trasladar porque tiene que venir la orden del ministerio”, sostuvo.
Mientras tanto, advirtió que los pacientes continúan siendo despachados a sus casas en condiciones que generan alarma y preocupación en el sector salud.