
El Obispo Auxiliar de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, exhortó a los fieles a vivir la Navidad alejados del mercantilismo y centrados en el verdadero sentido cristiano de esta celebración, invitando a que Jesús “vuelva a nacer hoy en medio de nosotros, en nuestros hogares, nuestros pueblos y ciudades”, como fuente de paz y esperanza para las familias y la sociedad. El prelado pidió no dejarse distraer por lo superficial y reenfocar la vivencia navideña en la fe y la solidaridad.
Drante su homilía dominical, Gualberti advirtió que “el mercado nos inunda de regalos, luces y adornos del mundo mercantilista”, por lo que llamó a los creyentes a ser vigilantes y a reconocer en “el humilde y pobre niño del portal de Belén” al Salvador.
“Acojámoslo de todo corazón para gozar de la vida nueva que Él nos trae”, señaló, al remarcar que la alegría de la Navidad desborda no solo sobre la humanidad, sino también sobre toda la creación, que está llamada a ser renovada.
El arzobispo explicó que la presencia y actuación de Jesús son signo de que el Reino de Dios ya está en marcha, distinto a los reinos basados en el poder, la violencia o el abuso, pues se trata de “un plan de vida y de amor de Dios Padre en favor de los humildes, los pobres y los abandonados”.
En ese marco, afirmó que Jesús es el Mesías verdadero, “el liberador que rompe las cadenas del mal” y el justo juez que “nos juzgará Dios en el amor”.
Gualberti reconoció que el mensaje de Jesús puede generar rechazo en quienes sostienen su vida sobre antivalores, pero recordó la bienaventuranza: “Dichoso aquel para quien yo no sea motivo de escándalo”.
Dijo que los católicos también son bienaventurados cuando salen de sus esquemas cerrados y de las seguridades a veces basadas en el dinero, basadas en el poder o finalmente cuando dejan los prejuicios, y no caen en la tentación de sentirse mejores con el derecho de juzgar y condenar a los que no son o que no piensan como nosotros.
Ante esa realidad pidió reconocer en Jesús “la nueva y verdadera imagen de Dios, Padre bueno y misericordioso”, que quiere la vida y la dignidad de todos sus hijos.