
2029 será un año histórico para los premios Oscar, y para las ceremonias de televisión en general. Doce meses después de que la Academia de cine de Hollywood celebre 100 años (en 2028) dando los premios a lo mejor del cine, la gala pasará por primera vez a una plataforma digital, en concreto a YouTube, reina de todas ellas. El gigante de la televisión por internet propiedad de Google será el encargado de emitir los Oscar al menos desde 2029 a 2033, y, en otro cambio del funcionamiento tradicional de la ceremonia, lo hará en todo el mundo, como ha anunciado la Academia este miércoles en un comunicado.
Este movimiento supone un cambio de rumbo esperado desde hace años, pero no por eso menos importante. La Academia buscaba desde hace meses un comprador por los derechos de los Oscar, que los ha poseído Disney y la cadena ABC desde 1976 (NBC lo emitió durante los dos años anteriores), y el streaming era una prioridad para la asociación, ante la notable bajada de la televisión tradicional. En EE UU, la televisión con horarios y canales ha bajado de tener un 64% de la tarta de espectadores (sumando cable y abierto) en 2021 al 43,7% en solo cuatro años, según las cifras de la medidora Nielsen este noviembre. En ese reparto, YouTube sola se queda con el 12,9% de los espectadores, además de mucho dinero con el que hacer esta venta, y Netflix, su rival más cercano, todavía queda lejos, con el 8,3% del pastel.
El otro punto clave de este acuerdo parece ser la potencia de una plataforma global para emitir en todo el mundo una ceremonia que cada vez apuesta más por películas de todo el planeta. Hasta ahora, Disney vendía los derechos país por país. En España, por ejemplo, los ha emitido tradicionalmente Movistar Plus+, y en Latinoamérica el canal TNT, de Warner. Ahora todo estará bajo un mismo techo y una marca, lo que hace más fácil vender publicidad en conjunto.
Youtube, además, emitirá, según el acuerdo, todo tipo de contenido alrededor de los premios de la Academia, la alfombra roja, las nominaciones, la gala de premios honoríficos del Gobernador (que hasta ahora no se emitían), el almuerzo de los nominados, los premios de los estudiantes, los galardones técnicos, podcast o películas educativas sobre la historia de la Academia y su museo. Y es más: la sección de Cultura y Arte de Google apoyará el Museo de la Academia de Cine en Los Ángeles, que ayudará a digitalizar. Google tenía dinero para dar y repartir, por lo que Netflix (que emite otras galas de premios como la del sindicato de actores), NBCUniversal o Paramount se fueron cayendo de la puja. En España los premios Feroz también se han emitido por la plataforma digital en los últimos años. Youtube TV, además, va camino a convertirse en el mayor proveedor de pago de canales de televisión en EE UU, y el uso de la plataforma en los televisores no ha hecho más que crecer por todo el mundo, siendo ese uno de sus principales objetivos de expansión.
“Los Oscar son una de las instituciones culturales esenciales, haciendo honor a la excelencia en la narrativa y creatividad”, ha explicado Neal Mohan, consejero delegado de Youtube en el comunicado: “Unirse a la academia para traer esta celebración del arte y entretenimiento a espectadores alrededor del mundo inspirará a una nueva generación de creatividad y amantes del cine mientras continuamos el legado de los Oscar”.
The Hollywood Reporter apunta, por otro lado, que una gala así cada vez daba menos ingresos en una tele tradicional que no deja de perder espectadores. Según documentos financieros a los que tuvieron acceso, los Oscar supusieron 150 millones de dólares de beneficios en la gala del año pasado, presentada por Conan O’Brien. Y, aunque todavía fuera una de las ceremonias más vistas de la televisión (por detrás de los Grammy), su alcance había pasado del récord de 57 millones de espectadores en EE UU en 1998 (o los 45 en un año normal) a los 19 que ha logrado en los últimos años. La marca más baja la obtuvo, eso sí, tras el año de la covid, con una ceremonia reducida que solo alcanzó los 10 millones de espectadores. Los 101 años marcarán, por lo tanto, un cambio de rumbo definitivo, porque ahora las audiencias se contarán globalmente, y las controlarán las propias plataformas, sin necesidad de ser transparentes.