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Cirrosis hepática: una enfermedad silenciosa y progresiva

Entender las causas, síntomas y cuidados esenciales de una condición crónica que afecta al hígado.

Internacional | Aníbal Romero Sandoval | 2024-11-10 10:38:00

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica y progresiva que daña uno de los órganos más vitales del cuerpo: el hígado. Esta patología implica el deterioro y la cicatrización del tejido hepático, lo que impide que el hígado desempeñe funciones cruciales como la desintoxicación de la sangre, la producción de proteínas esenciales y el almacenamiento de energía. A medida que la enfermedad avanza, el tejido cicatricial reemplaza al tejido sano, dificultando cada vez más el correcto funcionamiento del órgano.

Causas principales de la cirrosis hepática

El desarrollo de la cirrosis está estrechamente relacionado con un daño prolongado al hígado, generalmente causado por condiciones de salud o hábitos que lo afectan a lo largo del tiempo. Las causas más comunes incluyen:

● Consumo excesivo de alcohol, que es responsable de gran parte de los casos.

● Infecciones crónicas por hepatitis B y C, que provocan inflamación prolongada del hígado.

● Esteatosis hepática no alcohólica, caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado.

Además, enfermedades hereditarias como la hemocromatosis (acumulación excesiva de hierro) y el síndrome de Wilson (exceso de cobre) también pueden desencadenar cirrosis, así como el abuso de ciertos medicamentos que dañan el hígado.

Vivir con cirrosis: cuidados y tratamientos

El diagnóstico de cirrosis hepática implica adoptar medidas para proteger el hígado y evitar complicaciones graves. Las personas con esta enfermedad deben seguir una dieta saludable, limitando el consumo de sodio y proteínas animales para reducir la acumulación de líquidos en el cuerpo. Evitar por completo el alcohol y ciertos medicamentos hepatotóxicos, incluso en pequeñas dosis, es fundamental para no agravar el daño.

Un estilo de vida equilibrado, con control del peso y ejercicio moderado, también puede ser beneficioso. Sin embargo, debido a la progresión inevitable de la cirrosis, muchos pacientes requieren tratamientos médicos adicionales para manejar complicaciones como la retención de líquidos, infecciones y hemorragias. En casos avanzados, un trasplante de hígado puede ser la única alternativa viable para prolongar la vida y mejorar la calidad de vida del paciente.

Un compromiso de por vida

La cirrosis hepática es una condición seria que requiere un compromiso constante con el cuidado personal y el seguimiento médico. Si bien es una enfermedad sin cura, un tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida pueden ayudar a los pacientes a llevar una vida lo más plena y digna posible dentro de sus limitaciones.

Aníbal Romero Sandoval – Médico