Economía

Milenio observa inconsistencias en los datos de importación de combustibles de varios años y sugiere una auditoría

En 2008, así como en los periodos comprendidos entre 2015 y 2018, y de manera aún más notoria en 2021, se registraron volúmenes de diésel importados superiores a la demanda reportada.

Cisternas hacen fila para cargar y distribuir gasolina y diésel en Santa Cruz. Foto: ABI
Economía | Visión 360 | 2025-04-17 16:21:00

Un estudio de la fundación Milenio observa diferencias en los datos consolidados de importaciones de combustible del INE y de YPFB, en gestiones pasadas, y sugiere una auditoría por posibles sobrecompras superiores a la demanda, además de desvío de diésel y gasolina.

El documento “¿Cuál es la verdad sobre la importación de carburantes? Más preguntas que respuestas”, elaborado por Jorge Gumucio, experto en hidrocarburos y energía, y Jaime Dunn, experto en economía y finanzas, esboza algunas incongruencias en las cifras, ya que esto tuvo incidencia en los elevados costos de importación y subvención que realiza el Estado. En el estudio se aclara que, para el análisis se solicitó explicaciones a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), al Instituto Nacional de Estadística (INE) y al Ministerio de Hidrocarburos.

El informe analiza la gestión de YPFB en cuanto a la importación de carburantes en Bolivia, entre los años 2000 y 2023, subrayando las diferencias existentes en la información contenida en los registros de la estatal petrolera con respecto a la información estadística del INE. El trabajo identifica inconsistencias significativas tanto en volúmenes como en costos unitarios. Con base en este análisis, se pudo advertir desprolijidad y probablemente falta de transparencia en el manejo de los datos sobre una cuestión candente y muy sensible, como es la importación de carburantes.

Primera observación

Se identificó que el INE efectuó una corrección significativa en las cifras reportadas en 2022 relacionadas con la importación de estos carburantes: 35% menos en volumen y una reducción de 1.320.586 millones de dólares en el valor inicial.

El estudio refiere que el presidente de YPFB, Armin Dorghaten, atribuyó esta diferencia al INE, explicando que este (el INE) toma los datos “preliminares” de los DUIs (información reportada por la Aduana Nacional), afirmando que estos suelen estar “sobre-reportados” (léase: "no reflejan las cifras reales de importación" de diésel y gasolina).

“Esta explicación, poco plausible, da a entender que YPFB no habría conciliado ni los volúmenes ni los montos erogados con las instituciones encargadas del control y reporte del comercio exterior y por lo tanto la información reportada por el INE y la Aduana no serían correctos”, precisa el estudio.

Segunda observación

En 2008, así como en los periodos comprendidos entre 2015 y 2018, y de manera aún más notoria en 2021, se registraron volúmenes de diésel importados superiores a la demanda reportada.

Estas sobrecompras, dice el estudio, no parecen haber sido comercializadas formalmente, lo que plantea interrogantes sobre el destino final de estos volúmenes y la transparencia en la gestión de las importaciones.

“Esto sugiere que parte de estos volúmenes podrían haber sido desviados, almacenados sin registro o destinados a otros fines no reportados”, subraya.

Uno de los aspectos más llamativos de este análisis es la discrepancia en los volúmenes reportados entre el INE y los balances energéticos nacionales (BEN). En algunos periodos, el BEN registra volúmenes superiores a los del INE, mientras que en otros sucede lo contrario. Estas incoherencias muestran problemas de consistencia en los datos oficiales, lo que pone en duda la fiabilidad y transparencia de la información oficial reportada sobre la importación de carburantes.

Por ejemplo, en 2021, el INE reportó la importación de 211 millones de litros más de diésel en comparación con lo registrado en el BEN. Posteriormente, una corrección del INE para 2022, generó un desfase entre la oferta y la demanda, demostrando una aparente sobreventa de 177 millones de litros.

En 2023, se observó un patrón similar al de 2022; sin embargo, debido a la falta de información oficial de referencia, sólo fue posible estimar que la importación de diésel ha sido sub-declarada en al menos 336 millones de litros, lo que tiene, según el estudio, un impacto directo en el cálculo del costo unitario real de importación.

Por otro lado, desde el año 2000, la oferta y demanda de gasolina mantuvo una correlación estable. No obstante, en 2019 se registró una sobrecompra significativa que superó ampliamente la demanda real de ese año, lo que plantea dudas sobre el destino y uso de los volúmenes excedentes.

En 2019, el BEN registró una importación de 649 millones de litros, mientras que el INE reportó 965 millones de litros, lo que representa una diferencia del 49%. De manera similar, en 2020, el BEN informó una importación de 174 millones de litros, en contraste con los 221 millones de litros registrados por el INE, lo que equivale a una discrepancia del 27%. “Estas inconsistencias ponen en duda la fiabilidad de los datos oficiales y sugieren la necesidad de una auditoría detallada sobre el manejo de las importaciones de carburantes”, advierte el estudio de Milenio.

Entre 2020 y 2023, los datos reportados por el INE sugieren la existencia de una sobreventa de gasolina, lo que implica que los volúmenes importados y producidos no serían suficientes para cubrir los niveles de comercialización registrados en ese periodo. Una posible explicación para esta discrepancia es la incorporación de etanol a partir de 2021 para "estirar" los volúmenes de gasolina y compensar la diferencia.

Asimismo, desde febrero de 2023, YPFB inició la importación de crudo proveniente de Argentina y Paraguay, acumulando un total de 53 millones de litros.

“La cuantificación y valoración de estas sobrecompras resultan en 1.511 millones de litros de diésel y 651 millones de litros de gasolina, que a precios nominales (de compra), en los periodos incurridos resultan en 1.200 millones de dólares y 291 millones de dólares respectivamente”, precisa el documento.

Infografía: Milenio

Tercera observación

De acuerdo con el estudio de Milenio, otro de los principales puntos de inconsistencia radica en los factores de conversión empleados por el INE para convertir kilogramos a litros. Mientras que el INE utiliza factores promedio de 0.94 kg/L para el diésel y 0.88 kg/L para la gasolina, el BEN recomienda coeficientes de 0.88 kg/L para el diésel y 0.75 kg/L para la gasolina. Sin embargo, las diferencias observadas en los registros no son uniformes, lo que indica que no pueden atribuirse exclusivamente al uso de factores de conversión incorrectos.

Por ejemplo, en 2010, el INE reportó la importación de 556,4 millones de kilos de diésel, lo que equivale a 632,3 millones de litros con un costo unitario de 0,77 dólares por litro. En contraste, YPFB registró la importación de 556,4 millones de litros a 0,75 dólares por litro, generando una diferencia de 72,6 millones de dólares. Ese mismo año, el INE informó la importación de 127,2 millones de kilos de gasolina, equivalentes a 169,6 millones de litros a un costo de 0,84 dólares por litro, mientras que YPFB reportó 111,2 millones de litros a 0,83 dólares por litro, lo que representa una diferencia de 50,7 millones de dólares.