
El Barcelona, que por un momento perdía 1-3, venció al Celta de Vigo por 4-3 en un partido de locura, decidido por un penalti en el minuto 98 sobre Dani Olmo, que Raphinha convirtió para desatar la locura en Montjuïc. El equipo de Flick sufrió, estuvo contra las cuerdas tras el hat-trick de Borja Iglesias, pero reaccionó como un campeón y dio un paso más hacia el triplete. El sábado, contra el Madrid, hay un título en juego.
Tras la derrota en Dortmund, Flick rotó: dejó fuera a Lamine Yamal y apostó por Ferran Torres, quien respondió con un golazo. El Celta, valiente y bien plantado, igualó pronto tras un error de Szczesny, y empezó a dominar gracias al juego de Pablo Durán y a la eficacia de Borja Iglesias, que aprovechó dos fallos más para poner el 1-3.
El Barça, tocado, tiró de talento y orgullo. Dani Olmo y Raphinha empataron en apenas seis minutos y encendieron al estadio. Aun así, el Celta no bajó los brazos: Alfon rozó el gol en una contra y Mingueza lo tuvo de cabeza.
Cuando todo apuntaba al empate, un leve contacto de Yoel Lago a Dani Olmo fue revisado por el VAR y señalado como penalti. Raphinha no falló y firmó la remontada. Como en Leganés, el Barsa sobrevive y sigue soñando con todo a falta de seis fechas para el final de LaLiga.