El árbitro Ricardo De Burgos Bengoetxea, designado para dirigir la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barcelona, se convirtió en el centro de la polémica tras protagonizar un emotivo momento durante una conferencia de prensa en la que no pudo contener las lágrimas al hablar de las críticas que recibe su familia.
El episodio ocurrió durante la tradicional comparecencia arbitral previa al partido, en la que también participó Pablo González Fuertes, encargado del VAR para el encuentro de este sábado en Sevilla. De Burgos, visiblemente afectado, relató entre lágrimas el impacto que tiene el escrutinio público sobre su entorno personal.
“Cuando un hijo tuyo va al colegio y hay niños que le dicen que su padre es un ladrón y llega a casa llorando, eso es muy jodido. Lo que hago es educarlo para que sepa que su padre es honrado. Me puedo equivocar, como cualquier deportista, pero soy honrado. Eso no se lo deseo a nadie”, expresó con la voz entrecortada.
“El día que me vaya de aquí, quiero que mi hijo esté orgulloso de lo que fui y de lo que es el arbitraje. Porque el arbitraje nos ha dado muchos valores. No hay derecho a lo que estamos pasando muchos compañeros, sobre todo en el fútbol base”, agregó.
Las declaraciones del colegiado no pasaron desapercibidas. Según informó la Cadena COPE, el Real Madrid manifestó su preocupación por lo ocurrido y pidió formalmente a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que reconsidere su designación, al considerar que el momento emocional compromete la preparación e imparcialidad del árbitro para un partido de alta tensión.
El club también expresó su malestar por las referencias hechas durante la conferencia a contenidos emitidos por Real Madrid TV, en especial un vídeo que analiza errores arbitrales de De Burgos en partidos previos contra el equipo blanco. El canal también recuerda que, pese a su categoría internacional, el colegiado nunca ha arbitrado partidos de Champions League ni torneos FIFA, aunque ya dirigió tres clásicos entre Madrid y Barcelona.
Pese a la solicitud del club madrileño, fuentes de la Federación aseguraron que no se contempla un cambio en la designación arbitral, y confirmaron que De Burgos estará en el campo como árbitro principal, mientras que González Fuertes operará desde la sala VOR.
La final, que se disputará este sábado en el estadio La Cartuja de Sevilla, tendrá así a un árbitro en el foco antes de que ruede el balón, en medio de un clima tenso entre los clubes y el estamento arbitral.
