
Después de una maratónica sesión en la que los líderes republicanos tuvieron dificultades para destrabar las resistencias de algunos legisladores de sus propias filas, la Cámara de Representantes finalmente aprobó el proyecto de presupuesto federal de Donald Trump, una victoria legislativa crucial para el presidente conseguida sobre el filo de la fecha límite que él mismo se había autoimpuesto para convertirlo en ley, este viernes 4 de julio, cuando el país celebra el Día de la Independencia.
Luego de pasar toda la noche buscando persuadir a los legisladores reticentes con los cambios al proyecto que había aprobado el Senado, incluso con el propio presidente involucrado en reuniones en la Casa Blanca, con 218 votos a favor y 214 en contra los republicanos consiguieron darle luz verde al plan de recortes fiscales y de gastos de 4,5 billones de dólares de Trump. La aprobación resultó un hito para la segunda gestión del presidente, al cumplir el objetivo de lo que Trump denominó el “gran y hermoso proyecto de ley”, un documento de más de 800 páginas.
También demostró que, aunque los republicanos tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, costó más de lo previsto mantener la unanimidad en el respaldo al proyecto, con los “halcones fiscales” que presionaron por una mayor reducción del gasto del gobierno federal y los moderados que expresaron su preocupación por los recortes a la red de seguridad social.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó que la legislación aumentaría el déficit en casi 3,3 billones de dólares durante la próxima década.
La unión de los demócratas en el rechazo al proyecto y las resistencias de un puñado de republicanos no alcanzaron para tumbar el proyecto, que será promulgado este viernes por Trump en la emblemática fecha del Día de la Independencia de Estados Unidos.
Los demócratas argumentan que, con la nueva ley, los estadounidenses de menores recursos serán perjudicados para que las empresas y los más ricos puedan obtener recortes fiscales.
Trump firmará su proyecto de ley a las 17 (hora local) horas del viernes durante una ceremonia en la Casa Blanca, anunció la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt. “Hoy es un día victorioso para el pueblo estadounidense”, dijo.
Minutos antes de la votación, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, elogió al “audaz visionario e intrépido presidente”, y lo definió como “el creador y el campeón de la agenda ‘Estados Unidos Primero’”. Antes, había prometido que cumplirían con el “plazo del 4 julio” impuesto por el presidente.
La Casa Blanca dijo que Johnson, Trump y el líder de la mayoría del Senado, John Thune, trabajaron estrechamente en las últimas semanas para conseguir la aprobación del proyecto de ley para que finalmente sea rubricado por el mandatario.
Durante la madrugada, la nota la dio el líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, que tomó la palabra en el recinto a las 4.53 (hora local) para iniciar lo que se convirtió en el discurso más largo en la historia de la Cámara. Durante las más de ocho horas y media que duró, el Capitolio se preguntaba si se trata de una estrategia disuasiva para demorar el voto.
Jeffries atacó varias veces la medida y la calificó como un “asalto total” a los valores de la nación, a los trabajadores, a los sindicatos y a las “familias inmigrantes respetuosas de la ley”.
El representante Brian Fitzpatrick, de Pensilvania, el único republicano que se unió a los demócratas para votar en contra de la medida de procedimiento que llevó el proyecto al pleno de la Cámara, también votó en contra del proyecto en la votación de esta tarde. También el representante Thomas Massie, de Kentucky, votó junto a los demócratas en rechazo al proyecto.
En las reuniones con miembros del conservador Freedom Caucus, de la Cámara de Representantes, y con republicanos moderados, Trump había hecho hincapié en los recortes de impuestos de la legislación y trató de restar importancia a las preocupaciones sobre los recortes en el programa de seguro de salud público conocido como Medicaid, al afirmar que se centrarían en “el despilfarro y el fraude”.
Según publicó The New York Times, muchos de los republicanos que finalmente apoyaron el proyecto de ley indicaron que torcieron su decisión tras recibir algún tipo de concesión del presidente, pero no se dieron muchos detalles al respecto.
El representante Ralph Norman, republicano de Carolina del Sur, que protagonizó una revuelta abierta contra el proyecto de ley, pero finalmente se alineó con sus pares para apoyar la legislación, se negó a detallar qué le ofrecieron a cambio de su apoyo.
“Será la semana que viene”, dijo, cuando el público conozca los detalles de los acuerdos alcanzados para convencerlo a él y a otros congresistas de respaldar el paquete multimillonario.
El representante Andy Harris, de Maryland, presidente del conservador Freedom Caucus de la Cámara de Representantes, dijo que él y otros conservadores que se resistieron fueron influenciados después de las discusiones con la administración Trump sobre las “acciones ejecutivas” y la forma en que se implementarían las disposiciones del proyecto de ley.
“Llegamos a acuerdos significativos con la administración que cambiaron todo el paquete, tanto dentro como fuera del proyecto de ley, de manera significativa”, dijo Harris después de la votación final. El proyecto de ley en sí no podía cambiar respecto al aprobado por el margen mínimo por el Senado para que la aprobación final tuviera lugar el jueves.