
Con una remontada épica e inesperada, Wilstermann protagonizó el batacazo de la Copa Bolivia al vencer por 1-2 a Bolívar este domingo en el estadio Hernando Siles, cerrando la sexta jornada con un resultado que sacudió el torneo.
El equipo más golpeado de la temporada —en crisis económica, sin refuerzos y con una plantilla diezmada— logró lo impensado: tumbar a una Academia repleta de figuras, en su casa y ante una afición que esperaba una goleada, no una derrota. La valentía y el corazón de los aviadores terminaron imponiéndose ante la comodidad y la falta de contundencia del local.
Bolívar se adelantó en el marcador y todo indicaba que era cuestión de tiempo para que sellara una victoria cómoda. Sin embargo, en apenas cinco minutos, Wilstermann volteó el marcador con dos goles que silenciaron el estadio y reescribieron la historia de un partido que parecía tener destino fijo. Fue un resultado valioso, no solo por los puntos, sino por lo anímico: un bálsamo para un equipo que pelea contra todo.
Con este triunfo, Blooming se mantiene líder del Grupo A con 10 puntos, seguido ahora por Wilstermann (9), Nacional Potosí (7) y Bolívar, sorpresivamente, en el último lugar con 6 unidades.
El equipo celeste no fue el aluvión ofensivo que se presumía. Salió con demasiada calma, sin ideas claras en ataque y con poca profundidad. Recién a los 25 minutos generó peligro con un disparo de Erwin Saavedra y un remate de Martín Cauteruccio, ambos bien contenidos por el arquero Lucas Salinas.
A los 38 minutos llegó el gol de la apertura: Cauteruccio definió de media vuelta tras recibir un pase de Jhon Velásquez. Parecía el inicio de la fiesta, pero terminó siendo lo único para festejar en el lado local.
En el segundo tiempo, el propio Cauteruccio desperdició una clara opción para ampliar la ventaja. Esa jugada pudo cambiarlo todo.
Wilstermann, que había sido cauto, entendió que podía hacer daño si se animaba, y lo hizo. A los 70’, Robson dos Santos sacó un derechazo que venció a un estático Carlos Lampe para el 1-1. Cuatro minutos después, Alejandro Barrón —recién ingresado— marcó el segundo con otra buena definición tras una jugada colectiva. En ambas acciones, el visitante tocó con criterio y generó espacios con paciencia e inteligencia.
Bolívar se desordenó, se desesperó y no encontró respuestas. Chocó una y otra vez con una defensa aviadora que se multiplicó para sostener la ventaja. Para colmo, Wilstermann jugó con uno menos desde el minuto 91 por la expulsión de Alfredo Aliaga.
Ya en tiempo de adición, Salinas fue héroe con una atajada crucial ante Cauteruccio (95’) y, en la última jugada, Patricio Rodríguez se fue expulsado (98’) tras detener con falta a un rival que se iba solo rumbo al tercer gol.