
Los discursos del presidente Luis Arce en los diversos actos por el Bicentenario han estado marcados por el tinte político y en tono de advertencia ante el giro que puede dar el país en las elecciones del 17 de agosto.
El rol de Arce ha quedado mermado en los últimos meses. Decidió bajarse de la carrera electoral cuando los encuestas revelaban escaso apoyo; además fue marginado de sus intentos de ser articulador de la unidad de la izquierda.
Ahora, en el contexto del Bicentenario, busca posicionar sus mensajes. Este martes, durante la presentación del libro “Segundo Centenario de Bolivia, 1925-2025, tomo I” destacó lo conseguido en las gestiones del Movimiento Al Socialismo (MAS) y alertó de intentos de implementar miradas conservadoras y excluyentes.
“La disputa política no es solo por el poder, es también por los sentidos de la historia, por la orientación del desarrollo, por el modelo de estado que defendemos”, enfatizó el mandatario.
“Las elecciones no son sólo un acto administrativo, son la oportunidad del pueblo de decidir si seguiremos el camino de soberanía y justicia social, por el que la Juana (Azurduy) dio su vida, o si permitiremos que intereses ajenos a nuestra patria nos arrebaten lo conquistado”, declaró el lunes durante la inauguración del monumento a Juana Azurduy de Padilla en Sucre.
“En poquitas semanas vamos a ir a las urnas, vamos a ir a votar y elegir a nuestros gobernantes. Estamos seguros que el pueblo boliviano, una vez más, va a demostrar que al pueblo no se le engaña con un spot, al pueblo boliviano no se le engaña, no se le miente”, dijo hace poco en la entrega de un mercado en la capital de Estado.
Las declaraciones públicas de Arce se dan en un contexto en que el MAS no supera ni siquiera la barrera del 3 % en la intención de voto. De confirmarse este desempeño en las urnas, el partido desaparecerá del mapa político.
El presidente y sus colaboradores insisten en que se puede perder lo conseguido, pero el discurso es difícil de asimilar en un contexto de profunda crisis económica, con escasez de dólares y combustibles y la inflación más alta en décadas.