
No hay quien pueda con este Liverpool. Ni siquiera Jack Grealish, renacido en el Everton y elegido mejor jugador de agosto de la Premier League. Los ‘reds’, líderes una semana más, se llevaron este sábado el Derbi de Merseyside por un ajustado 2-1 y siguen contando sus partidos por victorias en competición doméstica (5/5).
Con Wirtz e Isak de inicio en el banquillo, el factor decisivo del Liverpool fue Gravenberch, autor del primer gol de la tarde con una volea de muchos quilates y asistente en el 2-0 de Ekitike. Idrissa Gueye redujo distancias al poco de la reanudación, pero los tres puntos se quedaron en casa.
El primer tiempo fue de claro color local. La lluvia que caía en Anfield solo hizo que presagiar el torrente ofensivo de los de Arne Slot, ya por delante en el marcador a los 11 minutos. Salah encontró a Gravenberch con un pase picado y el pivote neerlandés, a bote pronto, hizo inútil la estirada de Pickford.
A punto de cumplirse la media hora, el omnipresente Gravenberch se vistió de asistente y Ekitike superó con calidad a Pickford por debajo de las piernas. Muy fácil para un Liverpool al que solo inquietó Dewsbury-Hall después de una buena acción individual de Grealish, de quién si no.
El todavía jugador del Manchester City, una pesadilla para Conor Bradley, encontró el premio a su insistencia tras el paso por vestuarios. Llegó a línea de fondo y sacó un centro con la zurda que Gueye, previa dejada de Ndiaye, convirtió en el definitivo 2-1.
15/15 para el Liverpool en un arranque de temporada inmaculado a excepción de la derrota, por penaltis, en la Community Shield (5-4 para el Crystal Palace tras el 2-2 final). El martes, turno para los menos habituales en la tercera ronda de la Carabao Cup, con el recién descendido Southampton como rival (Anfield, 21.00 horas).