Fue un mal año para el comercio exterior boliviano, con una caída total cercana a los $us 3.000 millones entre las ventas y las compras. Según el balance del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), actualizados hasta septiembre, las exportaciones mermaron en $us 1.643 millones, mientras que las importaciones disminuyeron en $us 1.337 millones. "Bolivia va camino a registrar un segundo déficit comercial consecutivo en la gestión 2024”, lamentó el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.
En el 2023 el saldo negativo fue de $us 684 millones y en nueve meses de esta gestión es de $us 429 millones. Entre los años 2004 y 2014, Bolivia sumó 11 años con superávit comercial, luego vino un periodo de déficit entre el 2015 y el 2019, mientras que entre el 2022 y 2022 también hubo saldo a favor, según las cifras del IBCE. En el 2022 se marcó un récord histórico con exportaciones por un valor de $us 13.604 millones e importaciones de $us 11.869 millones.
“El sector privado le pide tres cosas al Gobierno: seguridad jurídica para la inversión, que no hayan avasallamientos, ni bloqueos. Seguridad de mercado, que no haya frenos, ni restricciones y que haya aliento a las exportaciones, y seguridad de buenas políticas públicas, con visión y responsabilidades compartidas”, remarcó Rodríguez ante los reporteros, al insistir en la necesidad de un golpe de timón en las políticas públicas y un trabajo en armonía entre el sector público y privado para reimpulsar el comercio exterior.
En las últimas semanas, uno de los rubros más importantes, el de las oleaginosas, fue golpeado con la suspensión de exportaciones, medida que fue levantada esta semana, pero que dejó pérdidas de unos $us 50 millones.