
Carlos Alcaraz ya ha convertido en costumbre brillar en los escenarios más grandes del tenis, pero lo que impresiona no es solo la magnitud de sus victorias, sino la forma en que las consigue. Con una autoridad descomunal, el español selló este viernes su pase a la final del US Open por segunda vez en su carrera, tras imponerse a Novak Djokovic en semifinales por 6-4, 7-6(4) y 6-2 en apenas dos horas y 23 minutos.
Campeón en Nueva York en 2022 y actual segundo cabeza de serie, Alcaraz (22 años) dominó al séptimo preclasificado desde el inicio, sin ceder un solo set en lo que va del torneo. Ahora buscará su sexta corona de Grand Slam y la segunda en Flushing Meadows, en la que será su séptima final en un major (5-1). Con ello, se unió a un club de leyendas: Björn Borg, Rafael Nadal, Mats Wilander y Jim Courier, los únicos que antes de los 23 años también alcanzaron al menos siete finales en torneos grandes.
“No fue mi mejor nivel del torneo, creo, pero me mantuve, jugué un partido físico y estoy feliz por haberlo sacado adelante y estar de nuevo en la final”, declaró el murciano en la entrevista a pie de pista.
El duelo comenzó con un quiebre instantáneo de Alcaraz, que impuso su agresividad y variedad desde los primeros intercambios. Djokovic, de 38 años, mostró resistencia y hambre de gloria, incluso elevando su juego en el segundo set, cuando forzó un desempate. Pero en la definición, la intensidad del español resultó abrumadora. Con precisión, potencia y confianza total, el número dos del mundo liquidó cualquier intento de reacción del serbio.
Alcaraz se presenta así a la final como un auténtico vendaval, dispuesto a seguir escribiendo capítulos históricos en una carrera que parece no tener techo.