Los giros que envían los compatriotas a sus familias se han convertido en los últimos años en una importante inyección de recursos para la economía boliviana.
El viernes de la semana pasada, Univida inició la venta de la roseta del SOAT 2025, manteniendo los precios del año pasado y con el descuento del 2% hasta diciembre, a través de los canales digitales habilitados.
El objetivo es atender las eventualidades climatológicas como deslizamientos, inundaciones, incremento en los caudales en alcantarillas, socavaciones por erosión acelerada, entre otros.
La entidad anunció que por estrategia no anunciará con mucha antelación a qué barrios se desplazarán cada día para evitar que los revendedores acudan a comprar el producto.
El Gobierno decretó la libre importación de carburantes y discute la reglamentación con los empresarios. Hasta septiembre, las compras del exterior de diésel sumaron $us 930,9 millones y de gasolina $us 727,9 millones.
Los acuerdos a los que llegó el Gobierno con los empresarios son fijar un precio referencial, crear una ventanilla única y tratar el tema de cómo los surtidores privados comercializarán los diversos tipos de combustible.
Desde este lunes fue anunciado un paro de carniceros, una medida que es cuestionada por miembros del propio sector que decidieron abrir sus puestos para atender al público.
La entidad empresarial considera que esta medida es crucial para abordar el problema estructural de la disminución de la producción de carburantes en el país, afectando a diversos sectores productivos.
Este fruto crece de manera silvestre en los bosques de la región y su cosecha, que ocurre principalmente entre abril y septiembre, se realiza de manera sostenible.
En términos de valor, hy una caída millonaria en los envíos al exterior de sectores como el agropecuario, la industria y los hidrocarburos, entre los meses de enero y septiembre.
“El saldo comercial acumulado de enero a septiembre 2024 fue “negativo” (-329 MM USD), y fue 429% mas grande al observado durante el mismo periodo del 2023 (-62,2 MM USD)".
De construirse, sería una de las infraestructuras más costosas jamás emprendidas en América Latina, con una inversión estimada de entre 10 y 14 mil millones de dólares.
Los giros que envían los compatriotas a sus familias se han convertido en los últimos años en una importante inyección de recursos para la economía boliviana.